Mediometraje que supuso todo un pelotazo en 2015 y que, inmediatamente, se convirtió en objeto de culto para fans (y no tanto) del cine palomitero, desenfadado y probablemente carente de buen gusto, de los míticos años 80.

Rodado con pocos medios pero toneladas de creatividad y con el uso del croma por bandera, David Sandberg ha conseguido pergeñar una obra redonda, alucinante y alucinógena y con todos los ingredientes que elevarían la epicidad a un nuevo estado, todavía por definir.

Brevemente podemos describir “Kung Fury” como una especie de buddy movie, con un poquito de el elegido y artes orientales, algo más de videojuego de época (a la mente rápidamente vienen Street Fighter, Streets of Rage, Fatal Fury…), dinosaurios y rayos laser, robots malvados, viajes temporales, Hitler y los nazis como enemigos, amazonas con metralletas cabalgando T-Rex, el míticazo Hackerman, un poli Triceratops y ODÍN. Así, a bote pronto, quizá me deje algo más en el tintero.

Con banda sonora creada para la ocasión por el gran the Hoff, sí amigos, David Hasselhoff is in da house!

No diría que es la mejor película de todos los tiempos, pero desde luego no lo negaré.

Deseando estoy de poder ver qué hacen en la segunda parte, una película programada (COVID mediante) para el 2021.