Nuevo y afortunado encuentro entre el director William Wyler y el productor Samuel Goldwyn, fantásticamente secundados por técnicos del talento y la categoría de Gregg Toland en la fotografía, Ben Hecht en el guión, Alfred Newman en la banda sonora o Daniel Mandell en el montaje.

El resultado no podía ser otro que esta magnifica adaptación del famoso melodrama gótico victoriano de Emily Brontë, una de las más importantes que se han hecho de la obra de la escritora británica, mostrando bajo la utilización de la técnica narrativa del flashback todas las ambigüedades, ambiciones, pasiones, ofuscaciones y vehemencia emocional de sus protagonistas.

La sombría atmósfera que conecta con estilo el amor romántico con la poética y la aflicción está sabiamente recogida por Wyler y compañía, con las sensibilidades de los caracteres magistralmente reflejadas en unas soberbias interpretaciones de todo el elenco.