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España España · A Coruña
Voto de BartonKeyes:
10
Drama A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará ... [+]
23 de marzo de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imprescindible melodrama de William Wyler enfocado en la codicia, la perversión, la corruptela y la ambición desmedida y sin miramientos.

Basada en una obra teatral de Lillian Hellman que había sido interpretada con éxito en Broadway en su papel principal por Tallulah Bankhead, la película consolidó definitivamente a la inmensa actriz Bette Davis como la gran villana de Hollywood, gracias a su memorable, estremecedora, cruel y malévola actuación, perfectamente controlada desde la silla de dirección por el maestro Wyler y espléndidamente acompañada por los debutantes en cine Teresa Wright y Dan Duryea, además de por otros grandes actores como Charles Dingle, Carl Benton, John Marriott y Herbert Marshall, este último repitiendo el papel de humillado marido de la Davis bajo la batuta de Wyler tras "La Carta" (1940).

La dimensión trágica de la historia está admirablemente captada por la cámara de William Wyler quien, inmejorablemente asistido por el director de fotografía Gregg Toland (seguramente el más brillante operador que ha pasado por Hollywood en toda su gloriosa historia), edifica escenas inolvidables que se quedarán para siempre grabadas a fuego en la memoria del cinéfilo.
Tal es el caso de la impresionante secuencia de la muerte de un agobiado Herbert Marshall en segundo plano, desenfocado y arrastrándose escaleras arriba ante el rostro impasible, hierático en primer término de una impía Bette Davis.

El magistral tacto narrativo, la ejemplar dirección de actores y el énfasis en el retrato psicológico de los personajes que acrecienta el dramatismo del relato, son tres de los puntos clave para el éxito de esta tercera y última colaboración entre William Wyler y Bette Davis tras "Jezabel" (1938) y "La Carta" (1940), configurando así una trilogía melodramática ciertamente difícil de igualar.
BartonKeyes
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