Con esta agradable comedia romántica de tono ligero y ambientación campestre, Ernst Lubitsch satiriza actitudes resultantes del choque social entre señores y criados, entre personajes urbanos y rurales.

Le falta mayor enfoque y profundidad a una trama con situaciones creadas carentes del humor necesario que permita a la película codearse con las mejores obras de su autor. Sin embargo no se deben subestimar algunos agraciados momentos llenos de encanto, con un guión que desprende importantes cantidades de cinismo y sarcasmo.

Son reseñables las apariciones del remilgado farmacéutico interpretado por Richard Hayden, la presencia de la bella Helen Walker y sus irónicos modos, y sobre todo las intervenciones de una carraspeante Una O'Connor, quien sin pronunciar una sola palabra consigue ser el personaje más divertido de la función. Eso se llama talento.