Hilarante comedia de Blake Edwards sobre el mundo del cine iniciada con una simpática parodia/tributo del clásico de aventuras coloniales "Gunga Din" de George Stevens.

Se trata de un muy divertido despliegue de humor con brillantes momentos de slapstick resultantes de los incidentes sufridos por un torpe Peter Sellers en su recorrido por la mansión, además de situaciones de puro surrealismo con las que se satiriza la superficialidad de la industria de Hollywood o la exagerada admiración por todo lo oriental, algo muy de moda a finales de los años 60.

La puesta en escena es estilosa, al igual que la distinguida banda sonora de Henry Mancini a base de música de cóctel y relajantes sonidos de lounge jazz.

Edwards imprime, en una decisión muy acertada, un agradecido ritmo pausado en su primera mitad, lo cual nos permite gozar distendidamente de la fiesta y de la interacción de sus personajes desde el punto de vista de un Sellers colosal, antes de que llegue el absoluto desmadre en el clímax con elefante multicolor incluido.