Magnífico film bélico en el que John Ford rinde homenaje tanto al cuerpo de lanchas torpederas como al soldado anónimo americano, siendo la única de sus obras ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Y es que no hay que olvidar que el director de "La Diligencia" venía de servir en la Marina estadounidense durante el susodicho conflicto armado.

Estamos ante una joya injustamente denostada e ignorada en la filmografía fordiana, reivindicada por su autor en algunas declaraciones posteriores como una de sus obras favoritas. Y es que la película ofrece momentos embebidos de su habitual lirismo, también enérgicas escenas de acción bélica desbordantes de dinamismo y emoción, además de una cuidada planificación con hermosos encuadres en un rodaje llevado a cabo en escenarios naturales perfectamente recogidos por Ford y el fotógrafo Joseph H. August.

A través de unos personajes admirablemente retratados y desarrollados, el legendario cineasta de origen irlandés da forma a esta gran historia que aúna drama bélico, sus habituales golpes de humor, intimismo y toques románticos en la relación amorosa entre los personajes de John Wayne y Donna Reed.

John Ford enfermó durante el rodaje y se vió imposibilitado temporalmente para ejercer su labor al frente del mismo, por lo que uno de los principales protagonistas de la película, Robert Montgomery, le sustituyó ejerciendo también de director sin acreditar en algunas de las secuencias de combate vistas en el último tercio del film.