Curioso drama psicológico escrito, producido y dirigido por el siempre interesante Samuel Fuller, quien no elude en esta arriesgada cinta el tratamiento de escabrosos asuntos como la prostitución, el aborto o la pedofilia.

Los principales temas sin embargo sobre los que gravita esta fascinante y singular película son el complicado pasado que condiciona y marca el presente y futuro de su personaje central (espléndida Constance Towers), y el lado oscuro del ciudadano aparentemente modélico.

Con una por momentos deslavazada estructura narrativa y un montaje algo tosco con abruptas transiciones entre escenas, la película intensifica notablemente su interés gracias al excelente giro de guión que tiene lugar antes del último acto, dentro de una trama que mezcla imágenes humanitarias de hospital con pasajes poéticos y agresivas acciones de violencia física en las que confluyen elementos de cine negro y literatura pulp.
Ejemplo claro de esto último es la inicial y poderosa secuencia en la que vemos a una calva Constance Towers zurrándole de lo lindo a su proxeneta.

Un título verdaderamente estimulante, como casi toda la obra de Samuel Fuller.