Atractiva aunque bastante desigual cinta negra de Arthur Ripley, basada en una novela de Cornell Woolrich con guión de Philip Yordan.

Su ritmo irregular, la presencia carente de magnetismo y personalidad de un desdibujado Robert Cummings, la ausencia de carácter de una discreta y poco sugerente femme fatale en la persona de la actriz francesa Michèle Morgan, junto a algunos giros de guión un tanto forzados e incoherentes, son los elementos negativos que impiden a "Acosados" estar a la altura de los mejores títulos de cine negro de su tiempo, la era dorada del género.

Sin embargo, entre las virtudes que lo adornan y que hacen al film merecedor de un agradable visionado, nos encontramos con la notable consecución de un clima pesadillesco con tramos oníricos y casi surreales perfectamente reflejado por la fotografía de legado expresionista de Franz Planer (colaborador de Murnau en su momento), además de una meritoria definición de los personajes villanos, fantásticamente incorporados por Steve Cochran en la piel del antagonista, acompañado por un fenomenal Peter Lorre como su malsano y siniestro asistente.

Película que, lejos de ser redonda, al menos entretiene y hará pasar un rato placentero a los aficionados menos exigentes del 'film noir'.