Melodrama tragicómico de Charles Chaplin que sirvió para descubrir a una sensible, encantadora y absolutamente memorable Claire Bloom, sin lugar a dudas lo más destacado junto a la genial partitura musical de Chaplin de esta película de tono abatido.

Los rostros afligidos de sus dos principales protagonistas reflejan claramente la modulación apesadumbrada de este film por momentos excesivamente melodramático, demasiado largo para la sencilla historia de declive artístico y rehabilitación personal que relata, constituyendo asimismo un homenaje a la complicada labor del comediante de music-hall.

La diferencia de edad entre los personajes principales de Calvero y Terry presenta evidentes similitudes con la relación en la vida real del propio Chaplin con una Oona O'Neill treinta y seis años más joven que él.

De entre todos los diversos números musicales y cómicos despunta sobremanera el dueto final entre Buster Keaton como pianista y Chaplin como violinista. Esta extraordinaria unión artística es uno de los momentos más inolvidables de esta magistral película, la última gran obra del genial autor londinense que aúna ingenio cómico, melancolía, tristeza y mucha emoción.

La maravillosa banda sonora del propio Chaplin, con el bellísimo y famosísimo tema "Eternally" como principal estandarte, recibió curiosamente el Oscar en 1972, veinte años después de su creación, coincidiendo con el tardío estreno del film en Los Ángeles.
Cosas de la vieja y absurda normativa de la Academia de Hollywood.