Dos de las más grandes actrices de la historia de Hollywood, Bette Davis y Joan Crawford, mostraron su legendaria enemistad a través de esta excelente película de Robert Aldrich.

Se trata de una intriga psicológica presentada en forma de lúgubre historia gótica y granguiñolesca que contrapone a dos hermanas en una difícil situación caracterizada por la rivalidad, la tortura, la crueldad y los celos por su pasado artístico.

Una amargada, alcohólica, peripatética y mentalmente inestable Bette Davis (soberbia interpretación) atormenta a una inválida Joan Crawford (brillante igualmente en una actuación que no desmerece en absoluto en la comparativa con la Davis), al mismo tiempo que coquetea con Victor Buono y se muestra desafiante con Maidie Norman.

Resulta maravillosa la poesía contenida en esa inolvidable escena en la playa (en contraste abierto con la claustrofobia de la mansión) que acentúa la obsesiva fijación infantil de la demente protagonista por sus anhelados y lejanos días de gloria, exhibida por Aldrich con alternancia de plano subjetivo, cámara al hombro y plano aéreo.

Inmortal clásico del terror psicológico que supone la obra cumbre de Robert Aldrich..