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Rep. Dominicana
Voto de BartonKeyes:
22.025
Intriga. Drama
Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único ... [+]
10 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera de las varias obras maestras que rodó el director japonés Akira Kurosawa.
Se trata de una historia extraordinaria que reflexiona sobre la relatividad del concepto de "verdad" y que está narrada con suma brillantez por Kurosawa a base de diferentes flashbacks contradictorios entre sí, donde todo gira alrededor de la perspectiva, donde la verdad es imprecisa y el recuerdo escasamente fidedigno.
El legendario cineasta nipón exhibe una panorámica decadente y pesimista de la naturaleza humana, presentada como una especie egoísta e inmoral en continua búsqueda de exculpación y sin el firme propósito de llegar a la verdad absoluta.
Es una película con un dominio magistral del suspense, en la que se confronta de manera sugestiva el sosiego y el vigor, la angustia y la calma, para mostrar a través de excelentes primeros planos de los personajes sentimientos de odio, decepción, resquemor, culpabilidad o sometimiento.
El trabajo de cámara es verdaderamente magnífico, revelador de un talento superior, ensalzado por la labor del influyente operador Kazuo Miyagawa.
Toshiro Mifune ofrece una de sus más geniales interpretaciones dando vida al bandido Tajomaru, a veces completamente enloquecido y otras juicioso y templado, lo cual deja claro su gran versatilidad como actor.
Se trata de una historia extraordinaria que reflexiona sobre la relatividad del concepto de "verdad" y que está narrada con suma brillantez por Kurosawa a base de diferentes flashbacks contradictorios entre sí, donde todo gira alrededor de la perspectiva, donde la verdad es imprecisa y el recuerdo escasamente fidedigno.
El legendario cineasta nipón exhibe una panorámica decadente y pesimista de la naturaleza humana, presentada como una especie egoísta e inmoral en continua búsqueda de exculpación y sin el firme propósito de llegar a la verdad absoluta.
Es una película con un dominio magistral del suspense, en la que se confronta de manera sugestiva el sosiego y el vigor, la angustia y la calma, para mostrar a través de excelentes primeros planos de los personajes sentimientos de odio, decepción, resquemor, culpabilidad o sometimiento.
El trabajo de cámara es verdaderamente magnífico, revelador de un talento superior, ensalzado por la labor del influyente operador Kazuo Miyagawa.
Toshiro Mifune ofrece una de sus más geniales interpretaciones dando vida al bandido Tajomaru, a veces completamente enloquecido y otras juicioso y templado, lo cual deja claro su gran versatilidad como actor.
