George Cukor, apoyado en un sensacional guión, exhibe una pericia narrativa fuera de lo común en esta excelente comedia con tintes dramáticos y distinguidos decorados que aborda en su dibujo de personajes dos temas principales: 1) el verdadero significado de la felicidad y 2) el malestar de unos caracteres a los que aparentemente no les falta de nada pero que en realidad son seres fracasados, vacíos por dentro.

Cary Grant está extraordinario en la interacción familiar, especialmente con una no menos extraordinaria Katharine Hepburn en una conexión amorosa maravillosa, reflexiva, compleja, reflejada en unos admirables diálogos de gran altura a nivel literario.

Aunque con menos reconocimiento popular que otras colaboraciones entre Grant y Hepburn como "La Fiera De Mi Niña" o "Historias de Filadelfia", esta comedia es otro brillante ejemplo del mejor cine clásico, lleno de elegancia, ingenio y sofisticación.