El guión adapta un libro sobre flores. En un primerísimo momento no supone ningún problema para Charlie, sin embargo, debe releerlo varias veces para intentar interpretar la historia contada por la autora del libro. Otro trabajo sobresaliente, en este caso, para Spike Jonze, que refleja perfectamente cómo narra y vive la autora sus vivencias con el ladrón de orquídeas. En este apartado entra en escena Chris Cooper. Magistral no sólo su interpretación, sino todo lo que le rodea. La atmósfera describiendo las plantas (la parte que describe la unión entre las plantas y los insectos quizá sea -para mí- lo mejor de toda la cinta), su espontáneidad con Susan, su manera sencilla de vivir la vida... Todo esto influirá en la vida de Susan.

Paralelamente Charlie sigue sin comprender el "talento" de su hermano para hacer guiones de películas casposas, no comprende cómo siendo gemelos sea tan diferentes y cómo no puede entender por qué Donald no es tan profundo como él. La película puede tener muchos clímax -esto es muy subjetivo según se mire-, pero para mí el verdadero clímax es donde Charlie le pregunta a Donald su éxito en la vida, donde éste le explica que desde que era pequeño se la sudaba todo, que no le importaba lo que pensaran de él los demás y que viviendo de una manera más simple y sencilla era más féliz. En esa escena las lágrimas de Nicolas Cage me sobrecogieron. Tristemente, más tarde, Donald muere tras oir su canción favorita. Si esto no emociona a cualquiera es que no tiene corazón.

Finalmente Susan y Charlie encuentran su razón de vivir. La de Susan era estar enamorada de Laroche y dejar de vivir su vida de mentira y la de Charlie era ver las cosas con menos profundidad y más sencillez. No es un final feliz al uso.

"El final hace la película". Se puede comprobar en forma de metáfora justo antes de los créditos con las flores y la vida pasando a cámara rápida, significando que la vida no es flor de un día.