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España España · ALBACETE
Voto de pedro mateo:
2
Fantástico. Aventuras Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas y trasladarse al brillante País de Oz. Está convencido de que a partir de ahora la fama y la fortuna le sonreirán. Pero, cuando las brujas Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams) empiezan a dudar de su categoría como mago, empezará a tener problemas. Si quiere triunfar, tendrá que averiguar ... [+]
3 de abril de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es evidente que cuando un director como Sam Raimi presenta una nueva peli muchas críticas conllevan frases del tipo: director de culto, amado y odiado a partes iguales, capaz de lo mejor y lo peor, etc, pero aquí obviaré todo este tipo de comentarios ya que en este caso ninguno de ellos le hace justicia.

Imagino que los remakes, como todo, empezaron como empieza todo, como un experimento, años después se convierten en un subgénero y, como ocurre a día de hoy, han acabado siendo todo un género en sí mismos. “Infiltrados” (Martin Scorsese, 2006), “El planeta de los simios” (Tim Burton, 2001), “Solaris” (Steven Soderbergh, 2002) o “Psicosis” (Gus Van Sant, 1998), son sólo algunos de los ejemplos que, tras los consabidos resultados obtenidos, son justificados por sus responsables escudándose en las más inimaginables y aparentemente lógicas excusas: Scorsese quiso dar a conocer el potencial cinematográfico noir del gigante asiático desde la mirada de un occidental, Burton estaba convencido de que era necesario actualizarle a las nuevas generaciones aquella arcaica y desfasada película con monos de carnaval y escenarios de corchopan, Soderbergh no estaba re-filmando nada, estaba re-adaptando su versión de la novela de Stanislaw Lem, y Van Sant simplemente tuvo la visión de llevar a cabo el titánico esfuerzo de ofrecerle al mundo entero un experimento formal de vanguardia de dimensiones comerciales sin precedentes hasta la fecha en la historia del cine.

Como diría Kay Rush en Nosolomúsica: “¡cuidado!”, no estamos hablando precisamente de boy scouts: Scorsese, Burton, Soderbergh y Van Sant, que además abarcan, ya no sólo a nivel generacional sino a otros muchos niveles, cuatro maneras de degustar, oír, tocar, oler y ver el cine, han esculpido algunos de los diamantes fílmicos más poderosos y cegadores de los últimos tiempos.

Las colosales e indestructibles letras del Monte Lee empiezan a caer como fichas del Tetris y los remakes entran en las oficinas de Hollywood como los cuatro jinetes del Apocalipsis. Los grandes guiones son la gasolina de Mad Max y los remakes se presentan como una opción más que saludable mientras los realizadores esperan la próspera venida de esa dilatada obra maestra, que una vez más, no llega con la primavera.

Esto no quiere decir que la palabra remake signifique intrínsecamente basura, no pondré ejemplos, lo pospongo para cuando tal término implique algo positivo, y es ahora precisamente cuando me acuerdo de que esta crítica iba de la nueva peli de Sam Raimi, que desconozco si ya ha pedido disculpas o si, al igual que los arriba mencionados, se ha excusado de alguna manera ante este bochornoso striptease Disney protagonizado por un James Franco, que cinco años después, interpreta a Oz como si todavía estuviera Superfumado, Judy Garland no sale ni a decirle Hola, las brujas parecen féminas freaks de Sardá, hay más policromía y fosforescencia que en todas las temporadas de Los Fruittis, el conejo sale de la chistera cuando le da la gana y el film supera a Cindy Jackson en número de intervenciones de cirugía estética. Pero no todo es abominable en este pretendido y fallido juego de hipnosis infantil, los primeros minutos auguran una blanquinegra Ciudad Esmeralda antónima y opuesta que merecen las dos únicas estrellas de mi calificación. Pero cuando el color secuestra y se apodera de las imágenes veo a través de mi bola de cristal al espantapájaros, al hombre de hojalata y al león torturando y mutilando sin piedad a Raimi y enviando su cabeza en una caja de cartón de vuelta a Kansas, pero eso ya es otro remake.
pedro mateo
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