Excelente historia, entre la comedia y la clásica de policías y ladrones. Descansa claramente en el tándem DiCaprio-Hanks, que son los dos polos del relato. El personaje del perseguidor Hanks y la peculiar relación que entabla con su perseguido son el núcleo de la historia. Un hijo que encuentra un padre, y un padre que adopta un hijo.

La reconstrucción de ambientes es excelente: las calles, las vestimentas, la fotografía... todo nos transporta a esa América de los 60. El retrato de la sociedad americana es, por otra parte, cruel, y particularmente efectiva porque se muestra, y no se discursea: la obsesión de DiCaprio por enriquecerse y ser famoso, llegar a ser el gran "triunfador" -dinero, fama, mujeres...-, algo que su pobre y patético padre- excelente Christopher Walken, escapando de Hacienda, moviéndose entre pufos y disimulando su fracaso con sonrisas- nunca consiguió. Esas maletas cargadas de dólares que DiCaprio se lleva corriendo cuando escapa el día de su compromiso... El retrato de la sociedad americana es profundo: el estafador no es más que el producto de un país donde todo el mundo adora al Dios Dólar. El estátus o su apariencia lo dan las mujeres sexy, los uniformes de piloto, los Cadillac, las cenas en restaurantes caros... Ese paraíso al que aspira a entrar el protagonista.

La profundidad psicológica es también notable, a pesar del tono ligero de la historia. DiCaprio quiere a sus padres, pero la realidad que ellos reflejan no tiene nada que ver con las fantasías y las apariencias de éxito y felicidad en las que viven: su padre es un fracasado, un timador de poca monta escapando de Hacienda, su madre una francesa afincada en los Estados Unidos que acabará formando otra familia después de su fracaso matrimonial. Su hijo, un auténtico huérfano dispuesto a conseguir "amor"(sexo) y "éxito" (dinero) en el país del dólar utilizando el engaño y la simulación. Auténtica picaresca estilo americano.

DiCaprio y Hanks, perseguido y perseguidor, estafador y policía, se ven unidos por sus circunstancias personales. Acaban llamándose por teléfono el día de Navidad, ese en el que todos estamos con la familia, precisamente porque están solos, porque su huída y su persecución son la peculiar forma de llenar el vacío de su fracaso familiar, de su soledad y la necesidad de afecto. Por eso pueden acabar identificándose y constituír una familia alternativa.

El ritmo es perfecto, la historia engancha y va creciendo...qué más pedir? Quizás en la última parte todo lo que decimos arriba se hace un poco explícito de más y merecería un tratamiento más distanciado y sutil, pero tampoco Steven Spielberg puede ser perfecto.