Más o menos a los 20 minutos, cuando el inspector estaba en la morgue, se puso a manosear un cadáver. Ahí quedó más que claro que él era el asesino, sobre todo por la pervertida expresión que tenía al mirarlo (bueno, se podía deducir solo viendo la deforme y terrorífica cara de Nick Nolte).
Ya después no servía que jugaran tanto al despiste y lo mostraran como thriller psicológico, porque el daño ya estaba hecho.
Y por último...mostraron al tipo matando a Joyce demasiado antes, aún quedaba mucho de película...¡en qué estaban pensando!
No había suspenso, aunque el final sí fue sorpresa. Me imaginaba como heroína a la chica y no al amigo. El protagonista resultó ser inútil y estúpido, algo que tampoco me vi venir, al menos no tan descaradamente.