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Voto de Víctor Taranilla:
4
6,1
43.130
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción
La malvada Primera Orden se ha vuelto más poderosa y tiene contra las cuerdas a la Resistencia, liderada por la General Leia Organa (Carrie Fisher). El piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) encabeza una misión para intentar destruir un acorazado de la Primera Orden. Mientras tanto, la joven Rey (Daisy Ridley) tendrá que definir su futuro y su vocación, y el viejo jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) revaluar el significado de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
16 de diciembre de 2017
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sombra se cernía sobre el episodio VIII de la aclamada saga de Star Wars. Se temía que el parecido entre los episodios IV y VII fuera de nuevo evidente entre “El Imperio contraataca” y “Los últimos Jedi”, pero para nuestra tranquilidad, sus creadores dejaron claro que había llegado el momento, un cambio se avecinaba y como ya adelantaba Luke Skywalker en el trailer: “Ésto no va a ir como tú crees.”
Pero ¡ay! no todos los cambios van a ser a mejor. ¿Quién lo iba a decir? Al final acabaremos echando de menos a J.J. Abrams. Porque sí, “El despertar de la Fuerza” puede parecerse a “Una nueva esperanza” más de lo deseable, pero fue una digna presentación de saga. “Los últimos Jedi” es, sin embargo, una ruidosa declaración de intenciones por parte de Disney en la que pretende dejar claro un mensaje: “Ésto ahora es nuestro, y vamos a hacer lo que nos dé la gana con ello.” También anticipado por Kylo Ren en el trailer: “Que el pasado muera.”
Esperábamos un cambio, deseábamos un cambio, y esta nueva entrega estaba llamada a ser un hermoso sacrilegio que anunciara el fin de ciclo para dar lugar a una Nueva Era. Rian Johnson podría haber erigido el cuerpo de la nueva trilogía sobre los cimientos de la obra original de George Lucas.
Sin embargo, desde el título, pasando por esas letras rojas del cartel, y hasta el último de los segundos del tráiler eran, como ya nos advirtió el Almirante Ackbar, una trampa. Nada funciona, las múltiples líneas argumentales son un montón de vaivenes que no dan a ninguna parte. Le sobra comedia, personajes que no aportan y sí, también Porgs, los cuales alguno se atreve a comparar con los Ewoks, desmereciendo su contribución a la lucha contra el Imperio. Si los Porgs aportan algo, será dinero a las arcas de Disney por la venta de muñecos. Pero es que también le falta. Falta química (la que Daisy Ridley y John Boyega demostraron en la película anterior), faltan personajes relevantes, falta un proyecto sólido, falta ese barniz mitológico que siempre ha tenido la saga, falta… la magia de Star Wars.
En definitiva, si algo es “Los últimos Jedi”, es una carta blanca que Disney se concede a sí misma para hacer lo que le venga en gana con la saga. Y mucho me temo… que sus intenciones no son nada buenas.
Pero ¡ay! no todos los cambios van a ser a mejor. ¿Quién lo iba a decir? Al final acabaremos echando de menos a J.J. Abrams. Porque sí, “El despertar de la Fuerza” puede parecerse a “Una nueva esperanza” más de lo deseable, pero fue una digna presentación de saga. “Los últimos Jedi” es, sin embargo, una ruidosa declaración de intenciones por parte de Disney en la que pretende dejar claro un mensaje: “Ésto ahora es nuestro, y vamos a hacer lo que nos dé la gana con ello.” También anticipado por Kylo Ren en el trailer: “Que el pasado muera.”
Esperábamos un cambio, deseábamos un cambio, y esta nueva entrega estaba llamada a ser un hermoso sacrilegio que anunciara el fin de ciclo para dar lugar a una Nueva Era. Rian Johnson podría haber erigido el cuerpo de la nueva trilogía sobre los cimientos de la obra original de George Lucas.
Sin embargo, desde el título, pasando por esas letras rojas del cartel, y hasta el último de los segundos del tráiler eran, como ya nos advirtió el Almirante Ackbar, una trampa. Nada funciona, las múltiples líneas argumentales son un montón de vaivenes que no dan a ninguna parte. Le sobra comedia, personajes que no aportan y sí, también Porgs, los cuales alguno se atreve a comparar con los Ewoks, desmereciendo su contribución a la lucha contra el Imperio. Si los Porgs aportan algo, será dinero a las arcas de Disney por la venta de muñecos. Pero es que también le falta. Falta química (la que Daisy Ridley y John Boyega demostraron en la película anterior), faltan personajes relevantes, falta un proyecto sólido, falta ese barniz mitológico que siempre ha tenido la saga, falta… la magia de Star Wars.
En definitiva, si algo es “Los últimos Jedi”, es una carta blanca que Disney se concede a sí misma para hacer lo que le venga en gana con la saga. Y mucho me temo… que sus intenciones no son nada buenas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Desde los interrogantes abiertos por su precuela, hasta las bases sentadas por las dos trilogías previas. Con todo ello ha decidido acabar Disney.
El que estaba llamado a ser el mayor villano de la saga, Snoke, era uno de los principales atractivos de la entrega, y todos sabemos por qué. Pero parece que podemos ir olvidándonos de conocer sus orígenes.
Por otro lado, parece que Luke Skywalker ha olvidado las valiosas lecciones de su maestro Yoda. Está convencido de que problema es la arrogante visión de los Jedi sobre la Fuerza y que, en realidad, todos los seres están unidos por ella. Pero es que Yoda le insistió desde el principio en eso mismo, con el apunte de que debía cuidarse mucho de caer en el lado tenebroso.
En relación con lo anterior, si bien es cierto que el dominio de la Fuerza no es exclusivo de un linaje, pero si por algo estaban llamados a ser grandes los Skywalker era por los curiosos orígenes de Anakin, concebido por los midiclorianos. Alguno de ellos sería el encargado de traer el equilibrio a la Fuerza, el Potentium tan odiado por los Jedi y que parecía que iba a ser el centro de la nueva entrega de la saga. Es por ello que los orígenes de Rey eran otro de los grandes misterios a resolver -sobretodo después de demostrar su dominio de la fuerza, en ocasiones ridículo, pues en apenas unos segundos era capaz de sentir la luz, la oscuridad… e incluso un equilibrio-. Pero, una vez más, todo era humo, pues es evidente que un Kylo Ren tan impulsivo e incapaz de plantar cara a quien no es ni una aprendiz no parece estar llamado a ser nadie.
Por todo ello y por otras razones (como el momentazo de Leia) en los que no ahondaré más por no alargar demasiado esta crítica, “Star Wars, Los últimos Jedi” ha resultado ser una decepción que, como fan de la que posiblemente sea la saga más influyente de la historia del cine, me duele profundamente.
El que estaba llamado a ser el mayor villano de la saga, Snoke, era uno de los principales atractivos de la entrega, y todos sabemos por qué. Pero parece que podemos ir olvidándonos de conocer sus orígenes.
Por otro lado, parece que Luke Skywalker ha olvidado las valiosas lecciones de su maestro Yoda. Está convencido de que problema es la arrogante visión de los Jedi sobre la Fuerza y que, en realidad, todos los seres están unidos por ella. Pero es que Yoda le insistió desde el principio en eso mismo, con el apunte de que debía cuidarse mucho de caer en el lado tenebroso.
En relación con lo anterior, si bien es cierto que el dominio de la Fuerza no es exclusivo de un linaje, pero si por algo estaban llamados a ser grandes los Skywalker era por los curiosos orígenes de Anakin, concebido por los midiclorianos. Alguno de ellos sería el encargado de traer el equilibrio a la Fuerza, el Potentium tan odiado por los Jedi y que parecía que iba a ser el centro de la nueva entrega de la saga. Es por ello que los orígenes de Rey eran otro de los grandes misterios a resolver -sobretodo después de demostrar su dominio de la fuerza, en ocasiones ridículo, pues en apenas unos segundos era capaz de sentir la luz, la oscuridad… e incluso un equilibrio-. Pero, una vez más, todo era humo, pues es evidente que un Kylo Ren tan impulsivo e incapaz de plantar cara a quien no es ni una aprendiz no parece estar llamado a ser nadie.
Por todo ello y por otras razones (como el momentazo de Leia) en los que no ahondaré más por no alargar demasiado esta crítica, “Star Wars, Los últimos Jedi” ha resultado ser una decepción que, como fan de la que posiblemente sea la saga más influyente de la historia del cine, me duele profundamente.