La historia de La cenicienta es tan antigua que no existe nadie que no la conoce. Eso sí, la versión de Disney dista mucho de la original, aunque esto pasa en la mayoría de las veces con la intención de hacerla más apta para el público infantil. La trama nos detalla como una noble y dulce chica es tratada de forma despreciable por su cruel madrastra y sus detestables hermanastras. Sin embargo, lo más destacable es la victoria del bien sobre el mal a través de la sencillez. Esa sencillez que demuestra la protagonista en todo momento con ese carácter bondadoso. No se trata de la belleza superficial, sino de la otra, la del gran corazón. Los sentimientos palpan la gran injusticia que se respira desde el comienzo, pues gracias al buen desarrollo de la prota, al espectador no le cuesta trabajo meterse en la piel de esta, y eso teniendo en cuenta que estamos hablando de un dibujo animado es sin duda algo muy positivo. Los personajes secundarios están un poco de adorno a excepción de las antagonistas anteriormente mencionadas. Los ratones tienen su importancia, pero esta es mínima.