Esta es una propuesta que destaca por su naturalidad a la hora de representar los problemas de una familia de clase trabajadora. Puede que no sea perfecta. Sin embargo, esa sencillez que desprende en cada una de sus escenas resulta, cuanto menos, llamativa. Y es que lo que vemos aquí no es más que la triste realidad que se vive todos los días del año porque, por desgracia, así de mal está el sistema montado en nuestra sociedad. De modo que el trabajo que nos ocupa es muy digno e interesante debido a la reflexión que plantea desde el primer momento. Y desde luego su visionado se siente muy, pero que muy real. Aparte, tampoco hay que olvidar las malas decisiones que toma el hijo mayor, un claro caso de adolescente sin rumbo que seguramente no se comportaría así si sus ocupados padres tuvieran el tiempo que no tienen para hacer cosas con él. No faltan los momentos emotivos. En ciertas ocasiones se muestra la frialdad de los jefes y la nula empatía de estos para con sus empleados. El reparto cumple con nota mientras que la duración es correcta, ya que no supera los 100 minutos de metraje.