Sin duda, lo mejor de Vaiana es su despliegue visual. Este es fantástico por representar de una manera inmejorable un mundo colorido habitado por heroínas, semidioses y monstruos, todos ellos repartidos por un océano que necesita ser salvado. Los personajes consiguen tener una gran química prácticamente desde el primer contacto, algo que no es fácil, aunque parezca lo contrario. Eso se nota en el buen rollo que se percibe entre ambos, y lo bueno es que la trama lo logra sin recurrir al convencional romance que tantas y tantas veces Disney nos ha impuesto. Por tanto, en ese aspecto un aplauso merecido para Vaiana. El humor empleado es otro acierto del filme, pues se basa especialmente en la personalidad de ciertos personajes (Maui, Hei Hei, Tamatoa) y gracias a este detalle la comedia no depende tanto de situaciones concretas. Pese a todas estas virtudes, es obvio que no estamos ante una cinta perfecta, porque claramente le faltan cosas que al menos para mí son imprescindibles. Las canciones no emocionan pese a intentarlo, y no estoy diciendo que son malas, pero sí mejorables y olvidables. Tengo la sensación de que se llega al clímax demasiado deprisa y que la aventura a través del océano pudo haber dado más de sí, sobre todo porque cabe recordar que estamos hablando de un viaje que supuestamente recorre todo el mar. También se echa en falta un antagonista inolvidable. La chica protagonista está muy bien conseguida tanto física como mentalmente, hablamos de una "princesa" valiente y guerrera, muy parecida en ese sentido a Mulan y Mérida. Por suerte, Vaiana es más que un sobresaliente disfrute para los ojos, es diversión en forma de aventura animada.