Tercera entrega de la espeluznante muñeca de porcelana llamada Annabelle. En esta tercera parte presenciamos como una serie de aterradores acontecimientos sucede en la casa de los Warren. Y como no podía ser de otra forma el 95% de los minutos que dura la película transcurre en el interior y alrededores de la acogedora vivienda de los investigadores de lo paranormal. Ed y Lorraine abandonan por un día su hogar y su hija estará a cargo de una joven y guapa niñera. Lo que parecía que en un principio sería una apacible noche se convertirá en una tormenta de monstruosas apariciones que volverán la velada un calvario para aquellas que se encuentran dentro de la casa. Me han gustado particularmente todos los espectros fantasmagóricos y criaturas malévolas. No esperaba que apareciesen tantos, pero en cada momento que salen en pantalla producen perturbación y terror, e incluso en aquellos momentos en los que no se ven debido a que sí se perciben con sus inquietantes sonidos. Apenas hay sustos, algo que considero lo mejor para este tipo de films, donde son un recurso demasiado explotado. La cinta se centra especialmente en una oscura y tenebrosa ambientación que funciona muy pero que muy bien. La casa de los Warren es una casa del terror muy convincente. Los personajes más importantes saben cómo hacer sufrir al público mediante gestos de incertidumbre, sorpresa y pánico. Las 3 chicas actúan a la perfección en sus respectivos papeles. De dicho trío tal vez la rubia sea la que más desentone, pero siendo honesto tampoco se baja mucho del nivel interpretativo que presentan las otras dos. Aunque esta se trate de una producción de Annabelle, opino que el protagonismo que tiene la muñeca es realmente muy esporádico, pues una vez visto el metraje al completo podemos observar que el miedo se lo reparten varios entes. Eso sí, Annabelle es la base del motivo por el que todos los fantasmas y demonios se manifiestan y generan todo ese terror del que somos testigos. El film al situarse en la década de los 60 tiene cierto encanto por la época. Y que conste que yo no la viví porque nací en los 90, pero aun así me gusta que la cinta refleje ese periodo de tiempo tan bien como lo hace. Para terminar indicaré que la segunda de Annabelle me gustó, pero esta tercera me gusta más. Después del chasco que me dio La monja no hace mucho es muy positivo recuperar la ilusión por esta saga de terror paranormal. Mil gracias Annabelle vuelve a casa. Ya espero con optimismo tu próxima travesura.