Fincher nunca decepciona, o, por lo menos, a mí, hasta ahora, no me ha decepcionado y en este caso tampoco lo hace. Son ya unas cuantas películas las que ha dirigido este señor (la menospreciada Alien 3, la oscura Seven, la enigmática Zodiac, la melodramática El curioso caso de Benjamin Button, la inquietante Perdida o la innovadora El club de la lucha). Así que hablamos de un cineasta muy maduro. Además, casi todas sus cintas han sido aplaudidas, tanto por los expertos en la materia como por la audiencia. Y sí, ya voy con esta producción que nos ocupa. La historia transcurre en la conocidísima ciudad de Nueva York, donde una madre separada y su hija se acaban de mudar a una enorme casa que contiene un cuarto antipánico, el cual es un refugio inexpugnable. La pesadilla comienza cuando 3 ladrones entran a la vivienda en plena noche con la intención de robar una importante cantidad de dinero. Sin embargo, la situación se complica para todos, ya que durante el allanamiento de morada madre e hija están dentro. La cámara se mueve prácticamente por todas partes. De modo que nos muestra varios de los recovecos de la lujosa mansión y podemos comprobar que esta es más grande de lo que parecía en un principio. La trama cuenta con un buen ritmo narrativo gracias al empleo de varias situaciones de mucha tensión, que es brillante. Dichas situaciones nos llevan al límite, pues implican al espectador de una manera ejemplar. La ambientación y la fotografía juegan un papel fundamental para el funcionamiento del film. Y es que entre ambas consiguen que el público sienta en ocasiones cierta sensación de claustrofobia y/o aislamiento. Luego tenemos el notable trabajo actoral: Kristen Stewart está mejor que nunca, algo que no era difícil teniendo en cuenta que sus actuaciones no han sido nada destacables, Jodie Foster está bien como madre protectora, aunque hay momentos en los que le falta dramatismo, Forest Whitaker destaca por mostrarse todo el rato diferente a Jared Leto y Dwight Yoakam. En cuanto a los personajes en sí, se ven bien desarrollados dentro de lo que cabe; la relación entre madre e hija es correcta, pero carece de solidez. La misma solidez que sí veo que hay en la relación entre los 3 ladrones porque cada uno de ellos demuestra cómo es y sus motivaciones. Ojo a los planos secuencia y a los giros de guion. En general, La habitación del pánico es una propuesta interesante y bien hecha que no tiene ese toque maestro que la haga ser una película de culto. Insisto, aun así está realizada con la brillantez y maestría propias del director que está detrás.