Curiosamente la entrega menos aplaudida de la trilogía original es la que más le ha gustado a un servidor. No es la primera vez que la tercera parte logra ser la mejor. Ya lo fue (en mi opinión, claro está) en Viernes 13 y en las precuelas de Star Wars. 30 años después llegaría Furia en la carretera, que se volvió, y con diferencia, en la mejor película de la saga, pero eso es otra historia... En esta ocasión se aprecia una ambientación aún más apocalíptica que la de la cinta anterior. Ya no hay carreteras y solo queda un inmenso desierto. Lo que queda de la civilización se encuentra bajo la arena que llega hasta donde alcanza la vista. Y es en este escenario donde Max vuelve a mostrar sus dotes como héroe de aquellos que realmente le necesitan. Aparte, destaco las zonas habitadas que se ven en el visionado porque tanto Negociudad como el oasis de los niños perdidos están bastante conseguidos. Se agradece que el filme posea un ritmo dinámico para que este resulte entretenido en todo momento. Y es que nunca aburre, por suerte para nosotros. Ojo al clímax y a toda la escena de la cúpula del trueno. En cuanto al reparto, a Gibson le queda su papel como un guante. Además, en el rol antagónico tenemos a una carismática Tina Turner que no brilla, aunque tampoco desentona.