Brutal. Acción continua durante 136 minutos. 136 minutos de adrenalina, de disfrute, de tensión al volante. Con escenas tan impresionantes como surrealistas, la entrega que ahora nos ocupa no deja insatisfecho a ningún espectador que sea amante de la acción imposible o fantástica (el adjetivo se lo pones tú). La trama es más seria que la de las anteriores por ciertos factores que evidentemente no nombraré ahora. Charlize Theron es una villana cojonuda, sin duda se trata de una de las más sádicas, crueles y malvadas antagonistas que he visto en bastante tiempo, lo cual es decir mucho. La verdad es que realmente es una mujer odiosa y despreciable, obviamente no hablo de la actriz, sino de su personaje en esta película. Ver a Dwayne Johnson y Jason Statham en el mismo bando no tiene precio, el pique que hay entre ambos es divertido no, lo siguiente y deja frases memorables. La parte que transcurre en Nueva York es increíble, pero la de Rusia está a otro nivel porque lo tiene prácticamente todo, en fin, es una pasada. No suelo hablar de los personajes de esta saga debido al poco (o nulo) desarrollo que estos tienen, ahora bien, dentro de lo esperado cumplen y nos llegan a caer bien, en especial Roman y Deckard. La ambientación de la zona completamente nevada y helada de Rusia cuenta con un realismo más que decente desde mi punto de vista. En mi humilde opinión, esta octava filme de A todo gas es la más completa, ya que como he dicho antes, posee casi todo lo necesario para ser un gran producto de acción, así que no me queda más remedio que ponerme de pie y aplaudir. Esta saga aún tiene cuerda para rato y mientras mantengan el buen nivel que hay desde la quinta parte, veré con buenos ojos cualquier secuela que venga. De modo que siga la fiesta y a disfrutar. Sigo en spoiler para aclarar algunas cosas.