Una lección, una magistral clase de tantas cosas... compañerismo, obligación, humildad, decisión, amistad. Te enseña a valorar, te hace sentir ese aire puro y escaso que solo existen en las montañas pero precisamente éste no ahoga, te concede un poco más de aliento.

Superar tus límites, aguantar hasta más allá de tu resistencia, rebasar obstáculos inverosímiles, medir verdaderamente el tiempo de la vida, observar lo maravillosa que es la naturaleza y el mundo, imaginar algo inimaginable.

Pura vida, y es que la vida no tendría sentido sin la muerte.
No hay nada mejor que morir arropado, querido, en el lugar que consideras tu última meta y sabiendo que has conseguido no éxito ni fama sino la unión de personas de diferentes países pero de un verdadero origen la montaña, que juntos se enfrentarán y arriesgaran a todo por una última esperanza.