En el spoiler hablaremos un poco más del título de la crítica.
Abundante despliegue de medios para que Aja, ese francés de mente enferma que todavía no ha sido completamente abducido por Hollywood, coja un clásico "menor" (según algunos) de la Corman Factory y lo convierta en un excesivo, sangriento e indecente canto a la destrucción y el caos.
Con la excusa de unas pirañas jurásicas o algo así que son liberadas de su prisión inmemorial por un borrachuzo, Aja nos obliga a contemplar con pelos y señales el concurso de camisetas mojadas más sanguinolento de todos los tiempos. Creo que Alexandre odia a esos muchachas y muchachos hasta arriba de hormonas que pueblan los lugares de veraneo, sí, esas hordas que podemos ver en Ibiza o en cualquier otra isla o costa donde luzca el sol y haya alcohol y camellos (de los que trafican con droga). Los odia tanto que decidió convertir su remake en un canto a la venganza, venganza inmisericorde ejecutada por las ya mencionadas pirañas frenéticas y hambrientas... Los
personajes ¿principales? se limitan a ir de un lado a otro, peferiblemente en barco y poner cara de susto o de salido; aunque agradecemos las breves apariciones de Richard Dreyfuss (¿a alguien le suena la canción que canta?) o Christopher Lloyd. Y a destacar el papelón de Jerry O'Connell como Derrick Jones, organizador de fiestuquis playeras fiel a su espíritu hasta el final.
Las famosas 3D sirven ante todo para que los muchos pezones que aparecen en el film nos taladren los ojos: un punto para el público masculino. ¿Y para el público femenino? Bueno... los paisajes son bonitos, ¿no?
Resumiendo: La dirección es solvente y muy hortera, hay mucha carne prieta que será devorada cual ternasco por las pirañas homicidas, unos cuantos guíños a todas las películas de horror/humor acuático y espíritu de serie B ochentera. No es para todos los paladares, pero a quien guste del picante le aseguro un buen picor de estómago.