Ir a una boda y volver, no resultaría mucho problema, si no se necesitara cruzar la frontera entre México y EEUU. Un disparo proveniente de dos chicos "jugando" con una escopeta se resolvería relativamente fácil, pero se transforma en un "posible ataque terrorista" y los culpables son perseguidos como tales, porque las víctimas son ciudadanos norteamoricanos y los victimarios campesinos musulmanes. Una joven japonesa no debería tener ningún problema para conseguir, amigos, pareja, conocer el amor, el sexo, etc; pero se hace díficil porque no puede escuchar, ni hablar, y una sociedad, hiperocupada, nadie tiene tiempo para escucharla, prestarle atención, entenderla. En el medio de todo esto una pareja de norteamericanos pasea por Marruecos para "alejarse un poco", en el viaje ella recibé un disparo, a través de la ventanilla del coche, desesperados, buscan ayuda, los alojan en la casa de una familia, tratan de curarla y aliviarles los dolores, los ayudan a buscar una ambulancia para que puedan ir a un hospital, los escuchan. Ellos también están desesperados, como la mexicana y la familia marroquí. Pero las cosas terminan bien, porque nadie (a excepción de sus compatriotas) les grita, o se muestra intolerantes con ellos.