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Ciencia ficción. Acción
Los Ángeles, año 2029. Las máquinas dominan el mundo. Los rebeldes que luchan contra ellas tienen como líder a John Connor, un hombre que nació en los años ochenta. Para acabar con la rebelión, las máquinas deciden enviar al pasado a un robot -Terminator- cuya misión será eliminar a Sarah Connor, la madre de John, e impedir así su nacimiento. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2029, la humanidad ha quedado muy diezmada en su lucha contra las máquinas, en una guerra iniciada 35 años antes… pero está cerca de ganar una contienda que ha devastado el planeta. El ordenador que inició la rebelión contra los humanos, Skynet, no está dispuesto a admitir su derrota y planea un astuto plan: enviar a un cyborg (mitad robot, mitad humano) al año 1984, para acabar con la vida de Sarah Connor (Linda Hamilton)… dado que Sarah es la madre del futuro líder de la resistencia humana, John Connor (quien ni siquiera ha nacido); la idea de Skynet es cambiar el pasado para modificar el futuro.
Empleando una máquina que permite viajar en el tiempo, el cyborg encargado de ‘terminar’ con la vida de Sarah Connor (llamado Terminator T-800 CSM-101, interpretado por Arnold Schwarzenegger) llega a la ciudad de Los Ángeles con una única misión: localizar a Sarah y matarla. John Connor, cuando descubre el terrible plan concebido por Skynet, decide enviar a un soldado de la resistencia (Kyle Reese, interpretado por Michael Biehn) para defender a su madre (y, por tanto, a sí mismo).
Empleando una máquina que permite viajar en el tiempo, el cyborg encargado de ‘terminar’ con la vida de Sarah Connor (llamado Terminator T-800 CSM-101, interpretado por Arnold Schwarzenegger) llega a la ciudad de Los Ángeles con una única misión: localizar a Sarah y matarla. John Connor, cuando descubre el terrible plan concebido por Skynet, decide enviar a un soldado de la resistencia (Kyle Reese, interpretado por Michael Biehn) para defender a su madre (y, por tanto, a sí mismo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La brillante puesta en escena de la historia (surgida a partir de unas pesadillas que tuvo el propio director y guionista del film, James Cameron, durante una convalecencia… a partir de unos relatos de Harlan Ellison que aparecieron en una serie de TV en los años 60) permitió a esta historia convertirse en todo un icono del cine de ciencia-ficción y acción de la segunda mitad de los años 80… y ser el inicio de una saga de cine de acción que combina con acierto elementos de ciencia-ficción.
El planteamiento de presentar un futuro apocalíptico dominado por las máquinas no era nuevo, pero el modo en que se mostró al cyborg (con el diseño metálico de su ‘endoesqueleto’, animado con técnicas de stop-motion), la idea de mostrar su imagen subjetiva del Terminator (con fondo rojo y caracteres binarios mostrando cómo éste procesa los datos) y el trabajo de maquillaje efectuado para mostrar el deterioro de la carne que ‘cubre’ al robot resultó casi revolucionario en aquella época.
La elección de Arnold Schwarzenegger para el papel del ‘malo’ fue también muy buena: en principio se había concebido que él fuera el soldado que se enfrentara a la máquina, pero finalmente se decidió que ‘encarnara’ al cyborg y todos sabemos que el tosco modo que suele acompañar las interpretaciones del hercúleo austríaco se ajustó muy bien al rol que debía interpretar. De hecho, Schwarzenegger se acabó convirtiendo en una estrella del cine de acción gracias a su participación en esta película.
La historia tiene su interés, aunque la parte ‘romántica’ de la historia resulta demasiado tópica; el punto fuerte del film está, en cualquier caso, en el ritmo que tiene el metraje (y que va incrementándose, poco a poco, sin que decaiga el clímax) y en las escenas de acción. Resulta recomendable para los amantes del género y, pese a lo desfasado de sus efectos especiales, sigue siendo entretenida.
El planteamiento de presentar un futuro apocalíptico dominado por las máquinas no era nuevo, pero el modo en que se mostró al cyborg (con el diseño metálico de su ‘endoesqueleto’, animado con técnicas de stop-motion), la idea de mostrar su imagen subjetiva del Terminator (con fondo rojo y caracteres binarios mostrando cómo éste procesa los datos) y el trabajo de maquillaje efectuado para mostrar el deterioro de la carne que ‘cubre’ al robot resultó casi revolucionario en aquella época.
La elección de Arnold Schwarzenegger para el papel del ‘malo’ fue también muy buena: en principio se había concebido que él fuera el soldado que se enfrentara a la máquina, pero finalmente se decidió que ‘encarnara’ al cyborg y todos sabemos que el tosco modo que suele acompañar las interpretaciones del hercúleo austríaco se ajustó muy bien al rol que debía interpretar. De hecho, Schwarzenegger se acabó convirtiendo en una estrella del cine de acción gracias a su participación en esta película.
La historia tiene su interés, aunque la parte ‘romántica’ de la historia resulta demasiado tópica; el punto fuerte del film está, en cualquier caso, en el ritmo que tiene el metraje (y que va incrementándose, poco a poco, sin que decaiga el clímax) y en las escenas de acción. Resulta recomendable para los amantes del género y, pese a lo desfasado de sus efectos especiales, sigue siendo entretenida.