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España España · Córdoba
Voto de Malkav:
9
Drama Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2009
41 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Seppuku" es una lección de cine inigualable. En ella, Masaki Kobayashi nos deslumbra con una historia crítica y desmitificadora del estricto código ético al que los samuráis se entregaban en cuerpo y alma: el bushido. Este código, basado en virtudes tales como la rectitud y el coraje, y especialmente en el honor y la lealtad, debía ser acatado y respetado con un fervor casi religioso. La pérdida del honor sólo era compensable con la práctica del Harakiri (suicidio ritual por el cual el samurái se rajaba el vientre hasta el desentrañamiento)

Kobayashi pone en tela de juicio los valores sobre los que se sustenta esta inquebrantable moral. Nos habla de una sociedad feudal que se rige por el respeto ciego a preceptos que rozan, en ocasiones, lo absurdo y lo inhumano, y cuya premisa esencial antepone el honor a la vida. Un honor que no da de comer ni puede curar enfermedades, pero que está arraigado en lo más profundo de la cultura japonesa y que rinde culto al orgullo de todo aquel que lo alimenta. Así pues, no es de extrañar que sea la adversidad la única circunstancia capaz de despertar el espíritu crítico de un samurái ya envejecido (espléndido Tatsuya Nakadai en el papel de Hanshiro Tsugumo), que acaba comprendiendo que en la sociedad de la apariencia la imagen superficial prevalece sobre las emociones humanas.

Es admirable cómo una película que se nutre esencialmente del diálogo puede tener un ritmo narrativo tan ágil. Por si fuera poco el aspecto visual (desde la austeridad, la elegancia y la sobriedad más absolutas) está cuidado con un esemero encomiable. La película no ha perdido ni un ápice de su fuerza, y aun a día de hoy alguna de sus escenas (como aquella en que el personaje de Motome Chijiiwa se realiza el harakiri con una katana de bambú) sigue causándonos un impacto brutal que pueda llegar a herir algunas sensibilidades. Kobayashi sabe usar la crudeza como medio para despertar conciencias aletargadas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Malkav
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