O más bien la pregunta que deberíamos hacernos es si los espectadores españoles hemos perdido el respeto de los productores, o ha sido al revés. Cada vez me siento más hastiado al ver cómo la cultura americana ha sometido a la nuestra. Es algo que se ve en el día a día, en nuestros hábitos, en nuestra costumbres. Sin embargo, en el cine resulta asfixiante. Se han perdido por completo todos los valores y rasgos de nuestro cine en pro de los típicos americanismos que tan bien conocemos. Cada vez resulta más difícil, por no decir imposible, encontrar en nuestras salas de cine un producto original, genuino. Y no quiero dar a entender que sea necesario contar una historia triste para hacer una buena película. Más bien que se han perdido las características del cine español, aquello que sentías cerca, que sabías le podía pasar a tu vecino o, quién sabe si a ti mismo, por un producto del todo fantástico, imposible que suceda en tu día a día.

Entrando en la peli y sin desvelar el argumento, me disponía a verla de buen grado,sin esperar más que pasar un rato agradable y reír un poco. Lo que he encontrado ha sido un considerable cabreo, harto ya de este tipo de cine americano, basado en gadgets una y otra vez repetidos. Momentos predecibles, con un fuerte olor a refrito, a ésto ya lo he visto miles de veces pero con otras caras y otros decorados. Dani Rovira me parece un actor malísimo, encumbrado por Atresmedia a estrella del celuloide patrio. Sé que a la gente le encanta y se ríe muchísimo con él, pero ésto no deja para que su lugar esté en el Club de la Comedia. Luego, me da cierta pena ver a María Valverde desaprovechada en papeles de este tipo. Una de las mejores actrices españolas perdiendo el tiempo, filmicamente hablando, en este tipo de películas. La química entre los protagonistas es nula, algo que se percibe desde el primer momento y es una carga imposible de soportar para un filme que oscila entre la comedia y el romanticismo. Del resto del elenco solo destacar a Jordi Sánchez, que es un auténtico monstruo y espero que en el futuro pueda tener mejores oportunidades de demostrar su valía, lejos del personaje que tan famoso le ha hecho.

En cuanto a la dirección, merece un suspenso rotundo. Esas escenas a cámara rápida mientras recogen los preparativos de la boda, con el cartelito de suspendida y una canción en inglés me parecen más de un estudiante de primero de comunicación audiovisual.

Finalmente, y respondiendo a la pregunta que hacía al comenzar la crítica. Creo que los espectadores hemos perdido el respeto de productores, guionistas y directores consumiendo productos como esta película. Cierto que al menos ves la nota media y te das cuenta que el público en general la valora como se merece, pero luego llenamos las salas de cine el día del estreno.