Esta serie, desde la calidez, el cuento, el realismo mágico, enfrenta con ironía el pensamiento lógico con la realidad, que como toda realidad, no es más que el acuerdo de los que la viven.
Cicely, es un pequeño pueblo de Alaska que se expone ante los asombrados y condescendientes ojos de un doctor novato y mundano que echa de menos la Gran Manzana. Su visión paternalista, completamente desencajada, tiene que pasar por el filtro de las creencias de ese perdido pueblo de Alaska para empezar a encajar.
Y nosotros somos los afortunados espectadores de ese proceso.
Una bocanada de aire fresco en los 90 que aguanta, como las grandes obras, muchas revisiones.