Esta película resulta un homenaje quizá inmerecido a quien es considerado el peor director de cine de la historia, pero también a quien persigue su sueños y obedece a su pasión pasión hacer lo que le gusta.

Tim Burton recrea de forma excelente toda la estética y el estilo de las películas de las años 50, no solo en los aspectos técnicos y escenográficos, también en las actuaciones y los diálogos. Especialmente sobresaliente la actuación de Johnny Depp quien construye su personaje de forma perfecta, dándole una personalidad y vida propios, y con ello se echa al hombro toda la cinta, cuyo único desperfecto es el guión. Si bien no se le puede criticar demasiado pues está basado en una historia real, algunas escenas y personajes se antoja que están de más, después de la mitad del rodaje en que la historia cambia un poco de dirección decae el interés con situaciones de poco aporte o segmentos que pudieron ser más sintetizados. Al menos la trama no cansa especialmente por la extravagancia y el ambiente casi surreal que se genera por lo particular y delirante de la historia que por momentos no se puede creer que sea real.