En un inicio esta película parece una historia típica y obvia en sus intenciones, con una trama que se va tejiendo poco a poco y diálogos que son tan simples como transparentes para dejar ver la vacuidad y miseria de los personajes, miseria que en todo momento es recalcada y expuesta sin casi ninguna restricción pero sin caer en la reiteración o en lo forzado. Después de la mitad la historia va volviéndose más dramática, cruda y dura hacia el tema que maneja sin dar concesiones ni buscar la moraleja, la condescendencia o la reivindicación de ningún personaje. Todo esto deja al final un sabor de pesimismo y desesperanza, una clara intención del director por no seguir los cánones de la época inclinados a la apología de la pobreza y la exaltación de las clases bajas por su carencia en dinero pero riqueza en espíritu.

En cuestión técnica es sobresaliente, con situaciones arriesgadas para los actores tanto por su riesgo físico como por su contenido maduro. Bien lograda la ambientación y las interpretaciones, que en algunos momentos son melodramáticas y quizá poco creíbles en algunos diálogos que para esta época pueden sonar falsos.

Se recomienda bastante.