Esta película es una gran combinación de buenos elementos. Un gran guión lleno de humor involuntario y originalidad en diálogos, con una dirección justo a la medida para hacerlo disfrutable. Es difícil que un drama de cierta profundidad pueda desarrollarse de forma tan divertida y entretenida y parte del mérito está en la edición, la música y el manejo de cámaras que dan un ritmo muy ágil que no corta la intensidad y el dramatismo de las situaciones dándole un toque cómico sin caer en lo superficial. Hay además un elenco espléndidamente elegido que da una perfecta interpretación, sobresaliendo Bradely Cooper, Jennifer Lawrence y Robert De Niro quienes dan una naturalidad absolutamente creíble a sus papeles. Después de la mitad, la trama desciende un poco en ritmo e intensidad, dando un leve giro que abandona un poco el aspecto dramático de la historia aunque sin dejar de ser entretenida. Al final cae un poco en el convencionalismo y quizá decepciona un poco por las expectativas que la misma trama genera al inicio, que al final no resulta muy original y sí algo simplón. Dentro de todo es una película que se disfruta y que deja buen sabor.