Una película cuyos elementos visuales y escenográficos están perfectos aunque sin recurrir a las tomas abiertas y escenarios majestuosos que podrían esperarse de una película del género, y que transporten en el tiempo y permitan percibir mejor el contexto moral y social, el cual juega un papel importante en la trama.

En cuanto al guión, aunque hay algunos detalles poco claros en un par de giros, logra bien su cometido al plasmar el drama del protagonista y el rumbo de la historia, el cual es consistente de principio a fin y la hace entretenida aunque con altibajos en intensidad, pero quizá la agilidad con que se desarrolla evita apreciar con claridad la evolución del protagonista. Y es en el personaje donde está la mayor falla de la cinta, no está suficientemente delineada su personalidad para comprenderlo al 100%, además la actuación de Robert Pattinson es muy poco convincente. Ya que la obra gira en torno a él, es demasiado el peso que tiene que soportar, está sobregesticulado y en muchos momentos no se entiende lo que pretende transmitir, o no transmite lo que debería. A pesar de ello al final produce cierta tristeza y hasta compasión llamando un poco a la reflexión, aspecto que termina siendo lo único memorable de una película no imprescindible pero levemente recomendable.