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España España · Valencia
Voto de Sapristioca:
8
Fantástico. Drama El Tío Boonmee sufre una insuficiencia renal aguda y decide acabar sus días entre los suyos en el campo. Sorprendentemente, los fantasmas de su mujer muerta y de su hijo desaparecido se le aparecen y lo toman bajo sus alas. Mientras medita sobre los motivos de su enfermedad, Boonmee atraviesa la jungla con su familia hasta llegar a una cueva en la cima de una colina, el lugar donde vino por primera vez al mundo. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno debe saber a lo que va.
1. Va aser lenta
2. Va a ser rara (¿qué es raro?)
3. En los diálogos, ojo, va ser traducida (por lo de diálogos estúpidos)
4. No va a ser lineal, ni convencional, ni similar en las reacciones-argumentos-propuestas a otras películas.
Con todo esto, uno decide comprar una entrada e incluso entrar y sentarse. A partir, de ahí, relájese y disfrute, déjese ir, sin prisas, sin prejuicios.
Entonces empieza una historia narrada con lentitud, planos demorados, con gran riqueza en las imágenes, sobre todo de gran belleza las filmadas al anochecer, con un mínimo de (bella) luz poniente (como la escena que abre la película). La jungla (que no es ciertamente lo que para nosotros es una pinada cercana) es todo un mundo en el que se adivina un poder oculto lleno de seres desconocidos que infunden temor o respeto.
Y unos seres, esta vez humanos, sencillos y con un claro propósito: acompañar en la enfermedad a un hombre que es el terrateniente (bondadoso) de esa zona.
Y, de pronto, surge, de la manera más "cotidiana" la aparición de seres que transgreden la normalidad de las cosas. Las fronteras de lo lógico desaparecen y, rayando a veces la comicidad, la magia de esa jungla y de lo que oculta irrumpe en todo la historia.
Esto no debe parecer tan nuevo (en la Gracia clásica se convivía con los dioses, en Pedro Páramo los vivos llegaban a confundirse con los muertos). Creo que no debe ser motivo de burla las diferencias culturales y, por el contrario, uno debe pillar el humor implícito en algunas secuencias (monstruo peludo incluido), no por ello exentas a la vez de seriedad en el contexto de lo que se narra.
El simbolismo de las imágenes (los peces en la cueva, la cueva misma como "vientre donde nació el protagonista la primera vez"), la fuerza visual de las mismas (en el cuento incluido de la princesa que busca la belleza que no tiene en su falso reflejo en el lago), el poder que emana de la jungla, todo está inmerso en el mundo rural, mágico y ancestral. Los últimos minutos del final suponen el regreso a la aparente civilización urbana, a la occidentalización del Seven Eleven, a la música enrockerizada final, a la pérdida de ese mundo mágico que se oculta en la espesura y en la noche del mundo rural.
Sapristioca
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