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Voto de Nuño:
39.712
Romance. Drama
Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
9 de marzo de 2014
41 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
La meta que contempla la pornografía, concediéndole improbable rango cinematográfico, es, en exclusiva, la excitación sexual.
Todos los recursos que despliega una película pornográfica van dirigidos a aumentar el deseo. El tono de voz, el maquillaje y la gesticulación de las actrices y actores. La iluminación. La música. Y, sobre todo, el 'guion': apenas una anécdota repleta de situaciones de sexo improbable en un contexto de cotidianidad manipulada, para crear una fantasía falsa.
Lo que digo es penosamente obvio, puede pensarse, y lo es; por eso veo conveniente recordarlo, para no cometer la injusticia de señalar 'La vida de Adéle' como 'pornográfica', pues no es una película realizada de forma artificial con la finalidad de excitar. Podría ser un efecto colateral, claro, no somos de piedra, pero no el fin.
Lo que da pie al sexo en 'La vida de Adéle', es el retrato intimista de una joven. Las escenas de sexo, en tal marco, ponen su acento en cómo ella vive la pasión con según qué persona.
Hay congruencia en el hecho de incluir escenas de sexo. Ahora, cabría preguntarse sobre las escenas de sexo en sí. Se me ocurren tres preguntas.
¿Son excesivamente gráficas?
La película bordea el límite de lo que el Cine sin calificación X puede mostrar, pero no lo traspasa. Y, honestamente, todo lo que aparece en la película ya lo hemos visto (y hecho) en cientos de ocasiones.
¿Son regodeo del director, con el ánimo de generar controversia o ganarse fama de rebelde?
Es posible. Me temo que sólo se puede especular. Él dirá que no, las actrices parecen dejar entrever que sí y cada espectador pensará una cosa.
¿Son largas?
Esta pregunta me interesa más. Para mi gusto, sí. Es difícil fijar, de forma arbitraria, un límite temporal; pero, desde luego, diez minutos se me antojan excesivos. Si dilatas escenas de forma que excedan su propia capacidad descriptiva, el ritmo narrativo puede quedar calamitosamente roto. Lamentablemente, esto me pasó a menudo en 'La vida de Adéle'.
Y, más importante, no me pasó solamente con las escenas de cama.
Gracias.
Todos los recursos que despliega una película pornográfica van dirigidos a aumentar el deseo. El tono de voz, el maquillaje y la gesticulación de las actrices y actores. La iluminación. La música. Y, sobre todo, el 'guion': apenas una anécdota repleta de situaciones de sexo improbable en un contexto de cotidianidad manipulada, para crear una fantasía falsa.
Lo que digo es penosamente obvio, puede pensarse, y lo es; por eso veo conveniente recordarlo, para no cometer la injusticia de señalar 'La vida de Adéle' como 'pornográfica', pues no es una película realizada de forma artificial con la finalidad de excitar. Podría ser un efecto colateral, claro, no somos de piedra, pero no el fin.
Lo que da pie al sexo en 'La vida de Adéle', es el retrato intimista de una joven. Las escenas de sexo, en tal marco, ponen su acento en cómo ella vive la pasión con según qué persona.
Hay congruencia en el hecho de incluir escenas de sexo. Ahora, cabría preguntarse sobre las escenas de sexo en sí. Se me ocurren tres preguntas.
¿Son excesivamente gráficas?
La película bordea el límite de lo que el Cine sin calificación X puede mostrar, pero no lo traspasa. Y, honestamente, todo lo que aparece en la película ya lo hemos visto (y hecho) en cientos de ocasiones.
¿Son regodeo del director, con el ánimo de generar controversia o ganarse fama de rebelde?
Es posible. Me temo que sólo se puede especular. Él dirá que no, las actrices parecen dejar entrever que sí y cada espectador pensará una cosa.
¿Son largas?
Esta pregunta me interesa más. Para mi gusto, sí. Es difícil fijar, de forma arbitraria, un límite temporal; pero, desde luego, diez minutos se me antojan excesivos. Si dilatas escenas de forma que excedan su propia capacidad descriptiva, el ritmo narrativo puede quedar calamitosamente roto. Lamentablemente, esto me pasó a menudo en 'La vida de Adéle'.
Y, más importante, no me pasó solamente con las escenas de cama.
Gracias.
