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España España · Málaga
Voto de Nuño:
8
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
27 de marzo de 2014
34 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Funny games' es una rara avis. Una parodia que, alejada de mofa o burla cómica, busca concienciar.

Haneke utiliza dos mecanismos narrativos:

— La ficción consciente. El asesino guiña un ojo al espectador. Le interpela, le pregunta. La película deja de ser una representación hermética, para ser un diálogo entre vidente y director. Parece como si Arno Frisch hubiese creado la película. Realmente, es la proyección cinematográfica de Haneke, su brazo ejecutor. Son la misma persona, solo que en planos diferentes.

— La inundación. Una terapia, algo controvertida, para dejar el tabaco, consiste en obligar al paciente a fumar una cantidad desmesurada de cigarrillos de una tacada; a fin de que la repulsa, la náusea, sustituya al placer. Haneke, aquí, hace igual: alarga los planos sin misericordia alguna, no escatima en crueldad, en violencia emocional. Ofrece, por duplicado, el espectáculo que el espectador ha ido a buscar. Le inunda.

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El espectador, mientras tanto...

1. Disfruta del espectáculo bizarro. Siente la tensión y la agonía. Obvia, o no da cuenta, del discurso de Haneke. Termina la película pensando que ha disfrutado (o abominado) una salvaje y atípica producción de género. Haneke, en tal caso, habría fallado.

2. Reflexiona sobre la violencia. Lo cruel, deliberada, injusta e irracional que es. Se fija en que los dos asesinos, en el momento de empezar la película, ya están en pleno ritual sanguinario con la familia vecina. Y que, al terminar, prosiguen el proceso, con una nueva familia de veraneantes. El espectador piensa que la violencia es una larga cadena que no cesará nunca. Es cierto; pero Haneke, en tal caso, habría acertado a medias.

3. Se siente culpable. Y Haneke, entonces, es cuando acierta. El espectador suele acudir al género de terror, o al thriller, a disfrutar de un espectáculo de violencia debidamente envuelta en un confortable halo de ficción. 'Va y mira' (como en la película de Elem Klimov), desde el otro lado de la pantalla. Y, a fin de cuentas, se lo pasa bien. Es decir, disfruta el dolor ficticio. No quiere decir ello que disfrute del dolor real, claro; pero la frontera, la sensibilidad, entre una cosa y otra, es posible que se difumine poco a poco. Haneke, contrariamente a lo que se pueda pensar tras ver esta película, o algunas de su filmografía, es muy reacio a la violencia cinematográfica. No por ser violencia en sí, sino por su gratuidad, por ser reclamada como espectáculo y ofrecida como pan y circo. 'Funny games' es, enteramente, una crítica furibunda hacia la violencia.

Tres detalles:

— Susanne Lothar roba la escopeta y dispara a Frank Giering. ¡Se van a salvar! ¡Ajusticiarán a los malvados! Parece que todo el macabro espectáculo tendrá un final algo más luminoso de lo que cabía esperar. Error. Haneke no contempla zona de confort para el espectador. Los asesinos aseguraron que la familia moriría, y no va a haber concesión al 'happy end'. Rebobina la película, porque él es señor y demiurgo del espectáculo, y continua con la barbarie. Nada le frena.

— En un momento puntual de la película: "¿Por qué no nos matáis ya?". La respuesta: "¿Y el entretenimiento?". El asesinato, en el cine comercial actual, se frivoliza; se alarga, con el fin de 'entretener', incluso aunque su final sea previsible. Frivolidad que, Haneke, explicita, para revelar su oscuridad.

— Antes de arrojar el cuerpo (vivo) de Susanne Lothar al agua. "¿Ya la vas a matar? ¡Si aún queda una hora!". En ese momento, llevamos 90 minutos de película; de violencia agotadora y desquiciante. Haneke nos deja claro que la película podría haber durado una hora más. ¿La hubiéramos soportado?

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A la película se le pueden achacar cosas. El usuario Tomine, en su crítica, comenta que someter al espectador a una forma concreta de visionar la película, hace que ésta se aleje de la magia natural del Cine y se convierta en un 'ensayo' referido al Cine, autodirigido. Tiene mucha razón.

Otros usuarios comentan que criticar la violencia con violencia puede dar lugar a equívocos; y, efectivamente, Haneke juega en una línea muy fina entre la crítica y la complacencia. Se arriesga a que el espectador acabe harto de él y sus excesos.

Yo añadiría algo más. El que desconozca la trayectoria de Haneke o no busque nada más que entretenimiento, puede interpretarla como gratuita, o buscar lo que no interesa: 'por qué los asesinos matan' y demás lecturas superficiales e inservibles. Haneke busca a un espectador que asuma el rol que le toca, y reflexione. Y no siempre lo encuentra. A mí, en su día, de hecho, me recomendaron esta película como una gran película de suspense...

Teniendo en cuenta sus 'fallos', la califico como 'notable' por dos motivos. La escalofriante y clarividente capacidad de Haneke para moldear el formato cinematográfico, salirse de él y tocar el hombro de su audiencia y mirarla a los ojos. Y el grado de sofisticación de su película, ensayo, o reflexión meta-cinematográfica, de ejecución milimétrica e implacable lucidez.

Gracias.
Nuño
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