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España España · Málaga
Voto de Nuño:
3
Fantástico. Drama Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
8 de noviembre de 2017
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La exageración, en la película de Bayona, constituye casi una unidad de medida legítima.

Por ejemplo, el valor anticipatorio de la música: padre e hijo se reencuentran y, antes de cruzar una palabra, una altisonante música emotiva se enseñorea de la escena de reencuentro durante 20 segundos, haciéndonos pensar que se trata de un reencuentro feliz. Lo siguiente que vemos es a padre e hijo discutir con sequedad, y constatamos que no tienen una buena relación. La emotividad de la música no solamente no va en consonancia con lo que 'es', sino que no parece aportar nada que sea, aunque engañoso, significativo. Delata que Bayona está dispuesto a falsedades musicales de apenas 20 segundos con tal de rellenar de azúcar.

Otro ejemplo; los relatos aleccionadores del monstruo-árbol, de moraleja subrayada hasta lo obvio, buscando ser reveladores para cualquiera que esté dentro o fuera de la película, se tenga o no la edad del crío.

En el concepto: el cáncer y el acoso escolar, por reales fuera de la pantalla, son suficientes para predisponer a la emoción. En este caso, los personajes adquieren su profundidad o entidad por el simple hecho de padecer X enfermedad, o Y situación, y se prescinde de darles realidad psicológica más allá de ello.

La animación busca el deslumbramiento y la admiración; el ordenador renderiza bien. Taimadamente, se presenta un pintoresco y trabajado formato similar a la acuarela para los relatos, pero Bayona no tiene las pretensiones de Aleksandr Petrov (ni su ritmo, aquí el de las rectas finales de Pixar), ni el árbol parece tan humano como el río que surcó el erizo de Yuri Norshtein. Aún así, es lo más loable de la película.

...

A mi modo de entender, es una película infantil (en este caso, no significa exactamente lo mismo que "para niños"), y lo alarmante no es que existan películas así, pues son fáciles de concebir, de hacer y de publicitar. Lo alarmante es que se admita, a nivel general, que el Cine comercial no puede ni debería alcanzar mayores niveles.

Gracias.
Nuño
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