Una película que parece empezar bien, que parece querer ir a algún sitio y pretender ser seria, pero que en cuando empieza a destaparse el meollo del asunto se convierte en un despropósito.

Me es difícil hacer una crítica a esta película sin entrar en un spoiler detrás de otro, ya que en el analisis de la trama es donde realmente se ve lo endeble y bochornosa de la misma. Ni el pretexto del banco para actuar como lo hace, ni mucho menos la escenas que se suceden después del asunto de los francotiradores, resisten el más mínimo analisis de coherencia, un absoluto sinsentido.

Pero es que a partir de ese punto, todo se vuelve más y más esperpéntico, hasta desembocar en dos tres escenas de acción bochornosas, un malo que de repente, por obra y gracia del señor, decide que quiere la redención y un final que te deja con cara de haber perdido dos largas horas de tu vida.

Por salvar algo, pues la siempre solvente interpretación de Clive Owen cuando se enfunda un personaje de este tipo y... poco más, muy poco más. Ni tan siquiera merece una crítica esforzada.