Otra más de esas películas españolas pseudo-intelectuales donde se habla de una manera surreal, pedante y artificial (como en una mala obra de teatro). Una buena fotografía y las frases rimbombantes de los burgueses adinerados y ñoños que tanto gustan a algunos "intelectuales" (nótese el entrecomillado), no consiguen salvar de la quema a este tocho soporífero. He logrado aguantar hasta el minuto 26 para darme cuenta de que me estaba aburriendo como el que más, y decidir darle al "stop".

Y si ya de por si lo que se nos cuenta es irrelevante, aburrido y lento, nos ponen un doblaje malísimo, donde lo que hablan no concuerda con el movimiento de los labios de los actores durante casi todo el rato. Y es que señoras y señores, esto no es una poesía ni un teatro, es una película; y una película debe de entretener, y para entretener debe de contar algo, no limitarse a meter poesía pedante superpuesta encima de las bocas de los personajes.

El que quiera ver una película, que se abstenga de semejante bodrio, puesto que esto no es una película. Eso sí, el que quiera oir como unos personajes sin carisma ni personalidad le dicen frases rimbombantes sobre un fondo de cuadro, adelante.

Quizás más de uno pensará al leer mi crítica que "no se apreciar el buen cine", o que "soy un ignorante". Yo pienso que ignorante es el que confunde sabiduría con pedantería y cine con teatro (del malo por cierto); también el que se deja llevar por la crítica de la mayoría y cataloga petardos como estos de "arte para personas refinadas". Tengamos personalidad y veamos lo que se nos ofrece con sentido común: Un castañazo infumable.