Media votos
7,2
Votos
1.562
Críticas
11
Listas
144
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Rents_Boy:
8
8,5
192.359
Comedia. Drama
En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el extravagante Guido llega a Arezzo, en la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a la encantadora Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Rodolfo, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible ... [+]
1 de junio de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que visioné con 8 años en el cine. Desde entonces, atrapó mi corazón del mismo modo en que mi corazón quedó atrapado en ella. Cuando salió en video volví a verla unas cuantas veces más; decidí que, a pesar de encontrarme ante una buena película, formalmente no era nada del otro mundo. Ahora, 12 años después, "La vida es bella" me ha vuelto a cautivar como cuando niño. He sucumbido a ella, como he sucumbido a una visión del cine en la que el aspecto formal no lo es todo. Como aquella "Rosa púrpura de El Cairo", en la que el bueno de Woody Allen hacía una declaración de amor sin miramientos al cine, al mismo tiempo que reivindicaba la gran pantalla como forma de evasión de la realidad, la obra de Benigni constituye un claro ejemplo de lo que el director estadounidense trataba de hacernos ver. En "La vida es bella", tanto primera parte como segunda, nos son mostradas como si de un cuento fantástico se tratase. El protagonista, a la vez que director, nos da una buena lección de lo que es el amor en todos sus sentidos (amor a una mujer, amor a un hijo, amor al arte). Nos muestra una forma de ser, completamente desinteresada, sin necesidad de tener que traumatizarse por acontecimientos, ante los cuales cualquier persona tiraría la toalla en cuestión de segundos. Así es Guido, un hombre que por encima de todo ama el mundo en su conjunto, contemplándolo como un regalo único con el que ha sido obsequiado. Guido ama este regalo, y no está dispuesto a que alguien o algo le haga cambiar de parecer. Y precisamente este hecho, el hecho de que nada ni nadie le pueda arrebatar su preciado deseo de amar incondicionalmente, convierte a nuestro protagonista en uno de los personajes con los testículos más grandes que este invento del cine nos ha caracterizado tan excepcionalmente. Como ya he dicho, o por lo menos se ha podido deducir de mi comentario (porque esto de crítica tiene más bien poco), la película trata de una historia de amor; sin embargo este concepto es contemplado desde dos visiones completamente diferentes (en la primera parte el amor platónico a una mujer, y en la segunda amor a un hijo) a la vez que tratado desde dos géneros completamente opuestos (primer acto comedia, segundo drama). Y en ambas partes, Roberto Benigni da en el clavo. Sobre todo, en lo que concierne a la parte de la relación de Guido con Dora, hay secuencias magistrales, destacando por ejemplo aquella escena de los dos frente a la casa de ella, y Guido, antes de despedirse, dispuesto a desnudar sus sentimientos ante ella sin complejos, ejecutando un diálogo tan efectivo e inigualable como el expuesto por el protagonista . Ejemplos como éste son los que hacen que una historia romántica como esta no caiga en el típico-tópico sentimentalismo barato tantas veces explotado a lo largo de la historia del cine. Y, en consecuencia, hacen de una historia romántica algo completamente desenfadado, ingenioso y por supuesto nada empalagoso (Sigo en el Spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Finalmente, me gustaría señalar lo que para mí es lo mejor de la cinta; aquella secuencia que divide ambas partes y que constituye, en mi opinión, la mejor elipsis que mis ojos hayan contemplado en ninguna otra película. Me estoy refiriendo, como no, a la escena en la cual los amantes están en la puerta atascada de la casa de Guido. Mientas Guido intenta abrirla sin éxito, Dora se dirige a una especie de jardín cubierto-invernadero que se encuentra al lado de la casa, y Guido la sigue. La cámara sigue al protagonista hasta que este también entra. Entonces, el plano se queda fijo enfocando al invernadero para, acto seguido, dar paso a la salida de un niño, dándonos a entender claramente que Guido y Dora hicieron el amor en el jardín, que han pasado unos años y que han tenido un hijo (bendita concepción visual y no sonora del cine). Además la salida del crio puede interpretarse (esto lo dejo a merced del espectador) como una copulación tras la cual el niño ha nacido, elaborando una efectivísima metáfora entre la puerta del invernadero y la vagina de la madre. Sea o no sea está última interpretación personal la intención pretendida por el director, la secuencia comentada, y por extensión la película, quedarán grabadas en las mentes de los cinéfilos, y de muchos más, mientras el séptimo arte nos siga obsequiando obras tan hermosas como esta.