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5
6,8
32.149
Drama. Ciencia ficción
Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lars von Trier es un director de cine como la copa de un pino. Con la perspectiva que proporciona el tiempo he llegado a creer que se ha burlado sin compasión del público que lloró con películas como “Bailar en la oscuridad”.
Al contemplar obras del danés como la fabulosa serie “The Riget”, la alucinada “Anticristo” o esta última “Melancolía”, es evidente que nos hallamos en manos de un misántropo que ha decidido humillar a su público. Sólo que en esta última película hay muy poco humor donde agarrarse.
Tras una primera parte en la que el alter ego femenino de Lars puede sacarte de tus casillas (sin olvidar diez minutos de imágenes sublimes que, realmente resumen la película de una manera formidable y que, como ya se ha comentado, parecen el reverso tenebroso de “El árbol de la vida”) además de ser tediosa, el danés continúa su soliloquio irritantemente catastrofista hasta llegar a unos treinta minutos finales majestuosos, como para rendirse al arte de este director.
Creo en la ironía, en las incongruencias del ser humano… pero Lars Von Trier refleja en este último film un desprecio por la humanidad y un pesimismo tan pueril, propio de un ser completamente aislado de lo cotidiano, que cae en el patetismo y convierte su obra en una ostentosa rabieta.
Al contemplar obras del danés como la fabulosa serie “The Riget”, la alucinada “Anticristo” o esta última “Melancolía”, es evidente que nos hallamos en manos de un misántropo que ha decidido humillar a su público. Sólo que en esta última película hay muy poco humor donde agarrarse.
Tras una primera parte en la que el alter ego femenino de Lars puede sacarte de tus casillas (sin olvidar diez minutos de imágenes sublimes que, realmente resumen la película de una manera formidable y que, como ya se ha comentado, parecen el reverso tenebroso de “El árbol de la vida”) además de ser tediosa, el danés continúa su soliloquio irritantemente catastrofista hasta llegar a unos treinta minutos finales majestuosos, como para rendirse al arte de este director.
Creo en la ironía, en las incongruencias del ser humano… pero Lars Von Trier refleja en este último film un desprecio por la humanidad y un pesimismo tan pueril, propio de un ser completamente aislado de lo cotidiano, que cae en el patetismo y convierte su obra en una ostentosa rabieta.