Todo lo bueno se cuece a fuego lento.
Serie oscura, con primeros capítulos que toman su tiempo para desarrollar los hechos para al final resultar terminando adictiva. Las dos primeras temporadas llevan a cabo un caso un tanto rocambolesco, con buen cierre y actuaciones excelentes de sus dos protagonistas Joel Kinnaman (Holder) y Mireelle Enos (Lindel) entre otras. El caso de Rossie, es muy duro, secundarios muy creíbles aunque también ahondas en los secretos y las vidas de Holder/Linden,tan imperfectos con los demás y tan empáticos el uno con el otro. Son atípicos, mal hechos, oscuros, tan distintos y tan iguales al mismo tiempo.Química muy bien conseguida. No hay pareja policíaca parecida.
La dureza y oscuridad termina siendo máxima en su tercera y cuarta temporada (Neflix puro) donde se terminara coronando y cerrando todo sin dejarse nada en el aire.
Su fotografía es de 10. Su Bso se te mete en la mollera y no sale.
Antes de terminarla empezaras a echarla de menos.
Sobre todo a sus protagonistas.

Nótese la importancia de verla en VO, la voz de Kinnaman es una pasada.