Sólo se salvan sus protagonistas que ni siquiera son capaces de salvar así la película: ¿qué pinta el franquismo en esta historia pasional? ¿a qué viene ese pesado y cargante de Emilio Gutiérrez Caba borracho en el coche que no se quiere bajar y dice cosas sin sentido? ¿por qué esa chica Ramona que sufre una violación y parece sufrir, luego parece disfrutar y, finalmente, nos muestra la peor escena de la película arrancándole un pezón a su violador amante? No entiendo nada. Si es contar la historia de una doctora Jekyll y Miss Hyde, no tiene ni gracia en una película de Vicente Aranda. Eduard Fernández interpreta a uno de sus peores personajes, salvo cuando tiene relaciones sexuales, resulta patético cuando habla. Lo que podía haber sido una historia pasional típica de Vicente Aranda se convierte en una mezcla de sexo y vampirismo pezonil que parece surgido de la saga Crepúsculo. Cutre. ¿dónde quedó el arte de LA PASIÓN TURCA???