Esta película pertenece al reducido grupo de buenas películas japonesas modernas de corte realista tanto en contenido como en forma. Por lo general, todo lo que produce el país nipón contiene cierta cantidad de frikadas varias que tiran para atrás al público occidental. Pero cuando dejan eso de lado, los japoneses son capaces de crear obras realmente emotivas y bien hechas.

Como bien pone en la ficha, se trata de un drama, y un drama bien denso. No se salva nadie de drama en esta película. Está bien llevado, y llega al espectador (en mi caso al menos), pero en retrospectiva tal vez haya demasiadas vidas rotas entre los personajes. Cada uno de ellos tiene su pequeño arco en el que lucha por superar sus problemas internos. En el que trata de comprender su tristeza y enfrentarla. Unas almas en pena ayudan a otras y al final se crea un bonito nexo, en cuyo centro se sitúa Futaba. La buena de Futaba que lleva toda la vida luchando sola y por todos.

Cuando Futaba ve que esa sufrida vida suya está próxima a terminar, decide hacer un último esfuerzo, enfrentar sus miedos y tristezas y hacer lo posible por reconstruir los pedazos que hay alrededor de sus seres queridos para que vivan una vida entera cuando ella ya no pueda acompañarlos.

Me parece un poco trampa tal sobrecarga dramática para llegar a tocar los sentimientos del espectador, pero vaya si lo hace. La trama se dispersa un poco al entremezclar historias de los diversos personajes, sin profundizar demasiado en la mayoría. Aun así, está bien llevado y tiene unos personajes bien construidos y bien actuados. Incluso sabe dejar un regusto agradable pese a la tristeza general.