Recuerdo cuando se anunció, fue un fracaso de taquilla absoluto. También recuerdo que pensé que tenía pinta de ser al menos espectacular, una despliegue de medios sin igual etc... Por suerte, pese a mis benévolos pensamientos, no fui a verla al cine, ni traté de verla por otros medios, hasta que llegó Netflix.
No me arrepiento.
Es un telefilm con ínfulas, una historia descabellada llena de escenas desequilibradas, en muchos sentidos: en el peso que le dan en la cinta, escenas tontas sin interés alguno duran minutos, escenas trascendentes segundos, en la verosimilitud, los personajes parecen colocados de LSD en vez de personas adultas y profesionales en su mayoría... Las muertes de personajes son completamente predecibles, y simultaneamente absurdas e ilógicas. Salvo dos o tres imágenes puntuales, visualmente parece todo de papel cartón, escenarios cutres de un parque acuático del que preparan con la película su estreno. ¡¡¡Cuevas del Caribe!!! ¡¡¡la nueva atracción temática!
En esta peli los buzos no mueren por falta de oxigeno, mueren de aburrimiento