Suele gustarme este tipo de películas. No suele preocuparme el ritmo lento, suelo encontrar interesantes los excesivos y rebuscados lios sociológicos reales y figurados del japón medieval, me parece aceptable la mitólogía sencilla y primitiva de las leyendas orientales... pero me sigue faltando algo, bastante, como película.
Hay saltos abruptos, la trama es evidente, demasiado. No tienen interés ninguno de los personajes, y la lógica interna de la historia flaquea en cada momento.
La representación teatral y onírica se queda muchas veces colgando de un hilo sin definirse del todo, dando un resultado insulso y poco atractivo.
Lo mejor es el uso de las luces y sombras, como si fuesen dibujos a tinta de un cuadro japonés.
Despues de verla... me siento... un bicho raro.