La carrera de Tarantino a mi modo de ver tiene dos partes: una primera parte en que abundan las situaciones cotidianas, graciosas, con diálogos chistosos, con sangre y violencia pero sin ser mostradas. En este apartado pondríamos a sus tres óperas primas a mi modo de ver empezando por Reservoir Dogs, Pulp Fiction y la infravaloradísima Jackie Brown. En la segunda parte de su carrera Tarantino se apartó un poco de situaciones más o menos cotidianas y nos mostró la violencia a tutiplén, como en el caso de los Kill bill. Mantuvo, eso sí los diálogos cargados de ironía, tacos y situaciones cómicas. Después de dar muchas vueltas quizá es este echo el que me hace tener en un pedestal sus tres primeras pelis y ya de por sí poner un escalón por debajo el resto.

Django (la D es muda) se divide claramente en tres partes bastante bien diferenciadas. Una primera parte en la que Waltz se hace el puto amo del metraje durante todo el rato (espero que le den el oscar). Es para mi gusto la mejor parte de todas, más constante tanto en diversión como en acción. Una segunda parte que podríamos decir que todo el trozo en que tenemos a Dicaprio en pantalla. Aquí el ritmo lo encontré bastante más irregular que la anterior parte. EL personaje de Dicaprio no llega al nivel de excelencia Waltz a la primera parte. Podríamos decir que esta parte Django (la D es muda) empieza a crecer y a hacerse cada vez más imponente. Quizá un poco de mano en las tijeras en esta parte no le hubiera venido mal. El desenlace culmina en una tercera parte de igual nivel que la segunda pero con una mejor constancia.

En definitiva un producto que pese la duración de dos horas y 45 minutos y todo lo comentado anteriormente no se hace para nada pesada ni aburrida ni nada de eso sino todo lo contrario. Muy recomendable para los fans de Tarantino de ésta segunda vuelta y para los amantes de los spaghetti western de Leone.
Por cierto antes de verla no veáis el trailer, destripa todo el argumento, situaciones cómicas incluidas, es una vergüenza, algunos trailers se deberían prohibir por ley.