Magnífica, encantadora y fascinante historia de Isaac Asimov para reflexionar sobre el paso del tiempo. Hace ya 20 años de ésta película y la habré visto como unas 7 u 8 veces y desde el minuto uno hasta al final no puedo desengancharme de ella. Pasarían 200 años y me seguiría fascinando en todo su metraje. No se que tiene, desde que la vi por primera vez en el cine con 15 años que me fascina el paso del tiempo vivido por el androide de nombre Andrew, interpretado por el ya desaparecido Robin Williams. Ha de ser una pasada la vida vivida por el androide, es un canto a la vida en toda regla para cualquier espectador de ésta cinta. Es imposible no derramar ni una lágrima (yo nunca puedo contenerme) en muchas de las escenas. Creo que nunca me cansaré de verla, es una de esas películas que todos tenemos y que hemos visto un montón de veces y que nunca nos cansamos de verla con el paso de los años.